Después de mucho pensarlo has decidido que llegó el momento de renunciar. Iniciar la búsqueda de un nuevo empleo y, sorpresa, después de una entrevista te han llamado. Llegó el momento. Hablas con tu jefe sobre tu inminente renuncia y, nueva sorpresa, rápidamente te hace una contraoferta de trabajo.
¿Vale la pena aceptar una contraoferta de trabajo cuando ya tenías hasta todo listo para marcharte? Comenzó el gran dilema. Por supuesto, que tu supervisor inmediato reaccione rápidamente para no perderte, es gratificante. Pero es muy importante, que antes de dejarte llevar por el halago, haz un análisis de tres factores fundamentales:
- Cuáles fueron las razones que te llevaron a plantear la renuncia.
- Qué te proponen en el nuevo empleo.
- Por qué la contraoferta de tu actual empleo llega justo en el momento en que decides irte.
¿Qué te llevó a renunciar?
Responder a esta pregunta es clave para precisar si vale la pena considerar una contraoferta de trabajo. Si trabajas en un lugar que no te ofrece posibilidades de crecimiento, que no te permite tomar ni te apoya con capacitación continua, que no te ofrece flexibilidad en el lugar y el horario laboral, ¿realmente crees que será diferente si aceptas la contraoferta?
Si has decido renunciar porque te sientes desmotivado, una contraoferta que solo te compense con más dinero, puede no ser lo que necesitas. Si el trabajo ya te resulta repetitivo y poco estimulante, seguirá siendo así, aun cuando recibas más dinero.
Igualmente, presta atención al proceso que iniciaste para conseguir el nuevo empleo. Hiciste una búsqueda, te entrevistaste con una o más persona de una empresa, recibiste una oferta que te gustó y decidiste acepte. Si recorriste todo ese camino, es porque donde estabas, ya no te sentías a gusto. Eso es muy importe no olvidarlo ante una contraoferta que llega como reacción a tu decisión de marcharte.
¿Aceptar o no una contraoferta de trabajo?
Evita la comodidad que brinda lo conocido
Después de trabajar algún tiempo en una organización es normal que sientas afecto por el lugar, por tu trabajo, por tus compañeros de trabajo, incluso hasta por tu jefe. Sin embargo, evita que toda esta situación afectiva, sea la que determine la posibilidad de aceptar una contraoferta laboral.
Aceptar un nuevo empleo por supuesto que significa salir de la zona de confort. Es decir, puede dar un poco de miedo. Recibir la contraoferta te puede hacer dudar e inclinar la balanza hacia la posibilidad de quedarte.
Pero, de nuevo, recuerda las razones que te llevaron a tomar la decisión de renunciar, que lo más probable, es que seguirán existiendo en tu actual empleo.
¿Realmente mejora la oferta de la nueva empresa?
Si la contraoferta de trabajo mejora significativamente la oferta de la nueva empresa, en dinero y en oportunidades, sin duda, es una buena razón para considerarla.
Ahora bien, si es apenas un pequeño aumento y se van a mantener las mismas condiciones, es mejor dar el paso y marcharte. Si te quedas, lo que puede terminar ocurriendo es que en poco tiempo estés nuevamente considerando la renuncia
Compara las dos empresas
No solo se trata de más dinero o de un ascenso. También es importante que compares y evalúes la empresa que te hizo la nueva oferta frente a tu actual empleador.
Si la nueva oferta proviene de una empresa relevante en el sector, no es solo un nuevo empleo. Si hay posibilidades claras de seguir ascendiendo y creciendo profesionalmente, incluso si la oferta económica no fuera inicialmente la más atractiva, vale la pena dar el salto y rechazar la contraoferta.
¿La nueva empresa tiene beneficios extras que compensan la oferta económica que te hicieron? Beneficios como seguro médico, flexibilidad laboral, vacaciones pagadas, programas de capacitación, son buenas razones para rechazar la contraoferta.
No te dejes engañar
Aunque te halague la contraoferta, considera lo siguiente: iniciar un proceso de búsqueda de un profesional capacitado toma tiempo y trabajo.
Esto quiere decir, que es posible que tu actual empleador, antes de poner en marcha ese proceso de búsqueda de un nuevo talento, prefiera hacer una contraoferta únicamente por ahorrarse ese proceso. Es posible que en realidad no valore tus capacidades y talentos.
Además, todo nuevo empleado, por muy buenas credenciales que tenga, vivirá un proceso de adaptación y de aprendizaje en la nueva organización, que toma tiempo. Evitarse ese trascurso de tiempo puede ser la causa por la que recibes una contraoferta. Es una posibilidad cierta, que debes considerar.
Por lo tanto, antes de aceptar una contraoferta de tu actual empleo, piensa con calma y analiza con frialdad. Estás frente a una decisión importante, que puede cambiar para bien, o para mal, tu futuro profesional.
¿Quieres fortalecer tus capacidades para ir en búsqueda de esa nueva oportunidad laboral que te permite renunciar a tu actual empleo? ¿Por qué no tomas un MBA?.