Toda la situación mundial generada por la pandemia, dejó sobreoferta en una parte de la cadena de suministros, y escasez en el otro extremo. Esto amerita coordinar el end to end, para equilibrar esa situación.
Sin embargo, podemos ir más allá. Las empresas pueden contribuir con el desarrollo sostenible a través de una mejor y más eficiente gestión de la cadena de suministro.
Para ello, hay que visibilizar los dos extremos de la cadena, end to end; para que a partir de allí generar nuevas configuraciones, modelos de negocios que sean capaces de lograr regeneración y resiliencia. En otras palabras, que los negocios sean capaces de contribuir con el desarrollo sostenible.
Desarrollo sostenible y agronegocios
En 2015, parecía que los Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) estaban lejos, pero hoy ya estamos a ocho años del cumplimiento de esas metas.
De acuerdo con la Comisión Mundial del Medio Ambiente y el Desarrollo (CMMAD). (1987). Nuestro Futuro Común, el desarrollo sostenible es aquel que debe: “Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las del futuro para atender sus propias necesidades”.

La agricultura y los agronegocios son fundamentales para poder cumplir como país y como sociedad con los ODS. Entendemos como agronegocios sostenibles, toda aquella actividad económica que comercializa fibras, pieles y demás productos extraídos de recursos vegetales, animales y forestales. Su gestión debe generar un impacto positivo en los actores de la cadena de valor, pero también en los entornos donde son extraídos. La sostenibilidad no debe estar reñida, por supuesto, con criterios de rentabilidad.
La nueva cadena de suministros circular
La cadena de suministros en los agronegocios tradicionales sigue una lógica lineal. Sin embargo, en la nueva Bioeconomía, la lógica es circular. Es decir, todos los desechos orgánicos que quedan dentro de la industrialización de los productos agrícolas, pueden ser la base para el desarrollo de distintas soluciones, como Bioinsumos, Bioenergía, nutrientes, entre otros, que finalmente alimentan todos los eslabones de la cadena de suministros
En la lógica circular todo lo que era desecho cobra un valor que podemos utilizar para recuperar los suelos y fortalecer los cultivos. Ello contribuye con la descarbonización y la regeneración de ecosistemas. Por lo tanto, debemos cambiar la forma como vemos los desperdicios, pues hay formar en las que se puede generar valor. Hay tecnologías a través de las que es posible diseñar nuevas propuestas de valor a partir de eso que hoy consideramos desperdicios.

Hay empresas municipales que se están creando para aprovechar la materia orgánica que se genera de la empresa alimenticia. Esto es un paso muy importante a favor de la resiliencia y la productividad de cultivos y producciones primarias. Dos ejemplos interesantes, existen en ciudades como Londres y San Francisco.
Se han impulsado empresas municipales y se obliga a las personas separar la basura orgánica. Con esta, se elabora un compost que se comercializa, se distribuye y vende a bajo costo, entre agricultores y jardineros. El consumidor final es, por lo tanto, un aliado para conseguir que estos derechos orgánicos que pueden ser utilizados en soluciones de Bioeconomía. Igual, pueden ser los mercados municipales.
Beneficios de la Bioeconomía
Los agronegocios sostenibles son empresas que funcionan con eficiencia, pues producen acorde con lo que demanda el mercado. Hay que tener esa visibilidad de la demanda para ser más eficiente y mantener un inventario acorde, sin que genere otros gastos. Es lo que se conoce como Coordinación, trazabilidad y transparencia a lo largo de la cadena de suministros (end to end).
Con una alineación entre la demanda, la producción y la capacidad de almacenamiento de alimentos, se resuelve un problema recurrente como es no tener un inventario acorde. Esta situación genera relaciones adversarias entre productores y mayoristas, las cuales pueden ser solventadas con soluciones tecnológicas que mejoren la trazabilidad, transparencia y coordinación entre la cadena de suministros.
Un buen ejemplo es IBM Food Trust, una plataforma basada en tecnología Blockchain, que permite la creación de un ecosistema de productores, proveedores, fabricantes, minoristas y demás participantes en la industria alimentaria, para lograr una gestión del sistema más inteligente, más seguro y más sostenible.
Otro beneficio fundamental de la cadena de suministros en la Bioeconomía, es la descarbonización y regeneración de los ecosistemas. La agricultura vuelve a ser un sumidero de carbono. Se reducen las emisiones de carbono con la agricultura y ganadería regenerativa, los cultivos agroforestales y la aplicación de principios de agroecología.
Por supuesto, la rotación de cultivos tiene desafíos comerciales para cultivos complementarios, pero ya se ven ejemplos importantes donde la visión a favor de la sostenibilidad no está reñida con la rentabilidad. Tal es el caso de Nestlé, con su propuesta de carbono cero para ganadería de leche, o los cultivos de café sostenibles, como el café cultivado bajo la sombra o el café amigable con las aves.
Por supuesto, todavía falta mucho por hacer. Como para el 2030 no se habrán cumplido los ODS, la agenda se ampliará hasta el 2050. Para ello, el sector agroalimentario necesita de políticas guías que impulsen una nueva visión en las cadenas de suministros. En las que se capture valor con lógica de Bioeconomía y servicios ecosistémicos y se construyan nuevas “configuraciones” para capturar dicho valor. Finalmente, también será crucial coordinar para la eficiencia, para que el ajuste ante las variaciones de la demanda contribuya con la conservación de los atributos de calidad del producto agroalimentario.
Revisa una clase sobre el tema de la cadena de suministros con el profesor Jorge Rodríguez, para presentar la Maestría de Agronegocios Sostenibles. Está disponible en el canal de YouTube de ESPAE.