Sin duda, hay personas que nacen con cualidades innatas para ser líderes. Probablemente, serán los que tengan más probabilidades de ocupar posiciones de liderazgo. Pero desde el liderazgo se deben trazar estrategias y programas para la formación de los nuevos líderes, que conducirán la empresa hacia un mejor desempeño.
La formación de nuevos líderes pasa por detectar quiénes tienen la pasión y el compromiso por el logro de las metas de la compañía, así como por fomentar y fortalecer ciertas habilidades y capacidades.
6 reglas en la formación de nuevos líderes
1. Hay que saber diferenciar entre administrar y liderar
En la formación de los nuevos líderes hay que saber diferenciar entre jefes y líderes. Los primeros tienen actitudes para el management, gestionar y administrar procesos y equipos. Los segundos tienen una visión más amplia e integral que el jefe o el gerente.
El gerente controla a un equipo para que ejecuten unas determinadas funciones. El líder tiene la pasión y el compromiso con el logro de unos objetivos, para los cuales trabaja para y con otras personas.
Por lo tanto, cuando se inicia un proceso de formación de nuevos líderes hay que saber que algunos tendrán capacidades para posiciones de jefatura o gerencias medias, mientras que otros son los que tengan las cualidades de asumir liderazgo en la alta gerencia.
2. Los líderes del futuro tienen que conocer y dominar el negocio
Hay que alentar a que todos conozcan y dominen los distintos aspectos involucrados en el negocio. Eso es positivo tanto para quienes tienen el potencial de convertirse en los próximos líderes, como para quienes van a ascender a cargos medios o gerenciales.
Para ello, es importante que desde el liderazgo se fomente el libre de datos e información, y al mismo tiempo, se aliente a los demás a aportar sus propias ideas.
Asimismo, es clave que se establezcan metas y objetivos realistas y alcanzables, así como se identifiquen oportunamente tendencias en el mercado y que los líderes potenciales puedan proponer acciones en consecuencia.
3. Fomenta una amplia cultura del aprendizaje
La formación de nuevos líderes comienza con la promoción amplia de la cultura del aprendizaje. Los futuros líderes tienen unas determinadas actitudes innatas, otras pueden desarrollarse. Igualmente, se cultivan habilidades y capacidades. Pero el aprendizaje no debería estar limitado, sino abierto para toda la organización.
En este punto, es especialmente importante la opinión de Bernard Banks, profesor de clases prácticas de administración y vicedecano de desarrollo de liderazgo en la Kellogg School, quien señala el valor de aportar por la formación de todos los colaboradores:
“Como las organizaciones no disponen de una cantidad ilimitada de recursos, tienden a escoger a un selecto grupo de empleados a la hora de invertirlos”, dice Banks en nota publicada por MBA América Economía. “Pero la siguiente pregunta es: ¿apostaron bien? Resulta mucho más ventajoso decir: Invirtamos en todos, pero diferenciemos la cantidad de recursos que invertimos en las distintas personas“.
4. Mantén el desarrollo en manos del interesado
La formación de nuevos líderes pasa por comprender que los colaboradores son los que tienen las riendas en su capacitación y desarrollo.
Señala Banks, que la empresa no puede extralimitarse en la formación de sus colaboradores, al punto de que estos consideren que su desarrollo profesional es responsabilidad de la empresa.
Cada uno es responsable de su propio crecimiento profesional. Contar con la posibilidad de trabajar en un entorno donde se potencie la formación y el aprendizaje es positivo y beneficioso. Sin embargo, cada uno de los involucrados debe tener control sobre cómo y cuándo impulsar su desarrollo.
5. Impulsa la creatividad
Es un error pensar que unas personas son creativas y otras no lo son. Cada uno tiene distintas aptitudes y formas de demostrar su creatividad.
En la formación de los nuevos líderes hay que impulsar todas las ideas que puedan cambiar la forma tradicional de hacer que la empresa funcione. Lo importante es conseguir el objetivo trazado, pero explorar nuevos y mejores caminos para lograrlo es una práctica fundamental y estratégica en los tiempos cambiantes que vivimos.
6. Cultiva la motivación y la comunicación
Motivación y comunicación van de la mano. En la formación de los nuevos líderes hay que comunicar abierta y claramente cuáles son las metas del negocio, para que la exposición franca motive el encendido de la pasión por el logro de esas metas.
La motivación va más allá de los intereses personales. Cuando se produce una sinergia entre los objetivos de la empresa y los personales, alcanzar un logro empresarial se convierte en una satisfacción personal. Es allí donde la motivación brilla en su mayor esplendor y se convierte en la fuerza que moviliza el accionar de los colaboradores y futuros líderes.
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