Cuando hay una crisis siempre genera consecuencias sobre el empleo, en particular, los jóvenes engrosan el grupo de los que se quedan sin opciones. Sin embargo, muchas empresas quieren renovar y formar nuevos talentos, por lo cual hay competencias laborales en los jóvenes que son muy apreciadas.
La incertidumbre que trajo consigo la pandemia, sin duda, sumó condiciones para el crecimiento del desempleo juvenil. No obstante, las empresas quieren crecer y saben que necesitan cada vez más mejor capital humano. Unos serán senior, otros serán junior.
Los más jóvenes necesitan conseguir y consolidar competencias laborales que sean atractivas para las empresas. Es la mejor manera de iniciar el camino profesional con el que sueñan. Al vivir en un entorno laboral más flexible y digital, las empresas se están adaptando y los jóvenes profesionales también deben hacerlo.
¿Cuáles son esas competencias laborales que los más jóvenes necesitan desarrollar para ser considerados por las empresas? Si tu meta es convertirte en un próximo gerente, sigue leyendo.
8 competencias laborales que los más jóvenes deben desarrollar
Jordi Canals, profesor del IESE, precisó en su estudio presentado en 2020, que las empresas consideran que existen carencias en la capacidad de comunicación (58% de las empresas encuestadas no la encuentra en los perfiles), el emprendimiento (50%) el liderazgo (48%) y la negociación (48%). También se detectó que 72% de las empresas no encuentra perfiles con resiliencia, 48% con iniciativa y 46% con visión de conjunto.
Por lo tanto, podemos precisar que las competencias laborales que los más jóvenes necesitan para brillar en el entorno laboral son:
Trabajo en equipo con visión integral
Al ser contratado por una empresa hay que tener buena disposición para integrarse y trabajar en equipo con los empleados que corresponda. Entre todos contribuyen con el logro de las metas asignadas.
La visión integral de todo lo que se hace en el departamento y la organización, es clave aprender con rapidez y colaborar con determinación en las tareas asignadas al equipo del que se forma parte.
Responsabilidad
La juventud no es excusa para fallar con las responsabilidades inherentes al cargo que se ocupa. Hay que ser responsable con las tareas asignadas, puntual con las entregas y tener disciplina con el cumplimiento de horarios y normas de la organización.
La responsabilidad es, sin duda, la primera demostración de la capacidad laboral y profesional de cualquiera.
Disposición a aprender
Más allá de si se cuenta con un título aniversario o aún se está estudiando, los más inexpertos deben poner toda su voluntad para aprender y capacitarse en los conocimientos, procesos o sistemas que son necesarios para el desempeño del cargo.
Asimismo, es bien valorado que una vez que han culminado los estudios de pregrado, tengan la disposición de continuar fortaleciendo conocimientos y metodologías en estudios de postgrado.
Iniciativa y organización
Tener iniciativa para resolver problemas, para cumplir con las tareas sin supervisión constante, para avanzar sin esperar una orden, es una de las capacidades laborales más apreciadas entre los más jóvenes.
Al mismo tiempo, la iniciativa no está reñida con la organización. Ser organizado no se aprende en la universidad. Tiene que ver con aprender a priorizar entre lo urgente y lo importante, cumplir con los objetivos dentro de los plazos y llevar todo lo asignado de una forma que sea comprensible para el resto del equipo.
Creatividad para aportar nuevas ideas
Las empresas incorporan a talento más joven pues siempre pueden ofrecer una visión nueva y más fresca sobre distintas situaciones. Los más jóvenes pueden ser agentes de cambio dentro de las organizaciones. Esa creatividad puede apreciarse en nuevas formas de ejecutar una tarea, nuevas relaciones con los clientes o, por qué no, nuevos productos y servicios.
Flexibilidad y resiliencia
Cuando eres el más joven e inexperto en una empresa o en un grupo de trabajo, es probable que te pidan realizar distintos tipos de tareas o se te exija aprender nuevas metodologías de trabajo. Asume estos cambios con actitud positiva y realiza cada nueva tarea con la misma pasión y compromiso.
Es normal que los cambios generen algún malestar. Pero es allí donde debes demostrar tu resiliencia y ser capaz de adaptarte, para sacar el mejor provecho a todas las situaciones con las que te encuentres.
Escucha activa y diálogo asertivo
Dar los primeros pasos dentro de un grupo de trabajo significa prestar mucha atención a todo lo que se habla en una reunión o solicita el líder u otros compañeros. Esa atención y conciencia plena mientras se escucha es fundamental para luego emprender un diálogo efectivo. Quien oye tiene que poder interpretar y asimilar todo lo que se le dice. Asimismo, debe dar las respuestas precisas que se requieren o comunicar a tiempo sus dudas e inquietudes.
Pasión por lo que se hace
Tener esa buena energía, compromiso y entrega por eso que se hace, como si fuera lo más importante dentro de la empresa u organización es muy bien valorado entre los más jóvenes.
Cuando se es joven y se están dando los primeros pasos en el mundo laboral no hay espacio para sentirse desmotivado o desinteresado. La pasión con la que asumes tus tareas y responsabilidades te hará resaltar entre tus compañeros y contribuirá con la superación de las expectativas, tanto las propias como las de quienes te contraten.
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